FITOFÁRMACOS PARA LOS TRASTORNOS VASCULARES PERIFÉRICOS Y VÁRICES

En su destacada presentación, Sandro Bustamante afirmó que:

En su destacada presentación, Sandro Bustamante afirmó que: – La insuficiencia venosa crónica (IVC) es el trastorno vascular periférico de mayor prevalencia en la población adulta, particularmente entre las mujeres; los factores de riesgo son múltiples y por lo general, una persona puede presentar más de uno.

Mencionó que las alternativas terapeúticas para el tratamiento de la IVC son variadas, desde la compresión elástica, la destrucción de las varículas con métodos farmacológicos o físicos y, por medio de procedimientos quirúrgicos. Sin embargo señaló que  son estrategias antiestéticas, incómodas, invasivas y costosas para el paciente.

Según el Profesor Bustamante, un restringido grupo de fitofármacos surge como alternativa de tratamiento a la IVC y la información científica básica y clínica ha demostrado que poseen eficacia y mínimos efectos adversos, con la ventaja de no ser invasivos.

El experto destacó al castaño de indias y al rusco, ampliamente utilizados en diferentes países y con los cuales se han realizado ensayos clínicos rigurosos.

Señaló que «el castaño de indias (Aesculus hippocastanum) contiene una molécula denominada aescina, responsable de su efecto sobre la IVC. Ésta es capaz de inhibir el proceso de formación del edema ya que bloquea la acción de la enzima hialuronidasa, responsable en parte de la permeabilidad de las venas; disminuye la inflamación por inhibición de mediadores proinflamatorios; además, promueve una acción venotónica directa, induciendo fuerza contrácti del músculo liso venoso, lo que aumenta la fuerza presora de las variculas. Los extractos de rusco (Ruscus aculeatus) poseen un perfil de acción similar al castaño de indias, excepto que inhibe la elastasa, enzima responsable de la pérdida de elasticidad del músculo liso de la varícula».

Mas avanzada su exposición señaló que «tanto castaño de indias como rusco han demostrado ser clínicamente útiles para tratar la IVC, disminuyendo los sintomas más característicos, como la hinchazón (edema), dolor, sensación de pesadez, calambres de pantorrillas y picazón. Por tanto, son fitomedicamentos que solucionan los problemas de varículas o “arañas vasculares” (telangectasia) y las hemorroides. Sin embargo, las várices mayores y las úlceras varicosas no muestran remisión con estos fitofármacos».

Aseguró el destacado fitofarmacólogo que «también han demostrado cierta eficacia los flavonoides obtenidos de diferentes recursos vegetales; pignogenol, diosmina, hesperidina y quercetina han sido ensayados en clínica humana, algunos con eficacia convincente y otros con datos insuficientes».

Terminó su exposición diciendo que «otros extractos provenientes de centella (Centella asiatica), ginkgo (Ginkgo biloba) y hamamelis (Hamamelis virginiana) han sido propuestos como agentes venoterapéuticos, no obstante, la información disponible es bastante escasa y los pocos estudios clínicos existentes, no son claros en demostrar si poseen verdadera eficacia en el tratamiento de la IVC».